Besandola en el sofá, le agarré una teta, era grande, muy grande, sentia en mi mano, todo lo que podia abarcar, sentía la mirada de su marido, en el otro sofá más pequeño, aún estabamos vestidos, sentía en mi boca, la respiración agitada de ella, a la vez que podia sentir como su cuerpo me transmitia el enorme deseo que tenía, su cuerpo era un vocan, pocas veces habia yo podido ver a una mujer en tal estado, pero esa mujer, madura de 46 años, la devoraba el deseo en esos momentos y yo no pensaba desperdiciarlo, dejé de besarla me separé, aún observé mejor su casi inhumana "calentura", la moví ella quedó inmovil, dejandose hacer desabroché su vestido, se lo quité por arriba, su cuerpo el de una mujer, rellenita, potente, quedó ante mi, en la misma posición sentada si pero ahora con un sujetador y bragas burdeos, que apenas escondian ya nada de su blanco cuerpo, miré sus tetas, le veia las rosadas, aureolas, me lancé a ellos, pasé mi lengua como si fuera lo último que fuera a hacer en este mundo hasta conseguir sin las manos soslo con mi boca liberar los dos pezones, los succiones los mordí suavemente, ella gimoteaba, intentaba liberarme de mi camisa pero yo no le ayudaba, con lo quele era imposible, haciendo que me deseara más y más.
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