Diciendo esto mi padre, me agarró con las manazas las caderas dejandome de rodillas sobre la cama, puso su vasto pollón en mi culito, y me la clavó hasta el fondo de un solo empujón. Empezó a follarme el ojete sin parar, con vigor, con energía, con rapidez, mi polla danzaba sin control, de lado a lado, y al son de cada embestida que me daba en el ano.
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