Siempre he estado a gusto con mi trabajo y he tratado de nunca mezclar el placer con los negocios pero esta historia se me escapo de las manos y fue más allá de lo que pude controlar. Todo iba como de costumbre; hasta que llego a la entrevista un muchacho súper varonil con una mirada penetrante, ojos chispeantes y ceja poblada, cuerpo fuerte y marcado, que cuando sonreía debo confesar que ejercía cierto encanto que cautivaba.
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